La mayoría de las empresas han tenido sus comienzos como un proyecto familiar, ya sean las grandes, tal el caso de Ford, muestra más que objetiva de lo que estamos analizando, como la gran mayoría de las pyme de cualquier actividad en todo el mundo.

Desde un enfoque administrativo esta manera de gestionar implica ventajas y desventajas que hacen a la cuestión en los aspectos tales como:

El liderazgo es por lo general paternalista basado en la experiencia y el respeto por el o los pioneros que dejaron parte de sus vidas en busca del objetivo pocas veces proyectado. Es decir, los logros y los fracasos sorprenden a los líderes sin tener la posibilidad de anteponerse a los hechos.

Esto, en el tiempo, potencia una elasticidad ante los cambios, del modo “prueba – error” y no de una manera científico administrativa, sino por intuición, la cual no siempre funciona correctamente.

Los roles no están definidos por perfiles sino por afinidad y resultados, en algunos casos son cubiertos por varias personas insumiendo tiempo innecesario, provocando fallas en la comunicación y las relaciones interpersonales. Lo mismo ocurre con la línea de mando, en muchas ocasiones una persona obedece a dos o mas superiores, de esta manera se dejan tareas inconclusas o es realizada la misma tarea por dos o más personas, generando un caos administrativo y el ambiente de trabajo se torna hostil dado que prima lo personal a lo profesional.

La estrategia utilizada es la de sobrevivir y crecer sin inferir el futuro en base a un ordenada y completa información del pasado o por lo menos tener una proyección basada en alguna estadística para disminuir la incertidumbre, por mas que los tiempos que se viven sean de cambios constantes y en gran medida impredecibles.

El crecimiento es importante pero no sustentable dado que no se realizan estudios para inversiones ni mantenimiento el cual por lo general es realizado de manera correctiva y no preventiva o predictiva, para reducir los gastos innecesarios y los tiempos no productivos.

Cuando los líderes de estas empresas comienzan a sentir los efectos no deseados de la gestión administrativa que les fue muy útil hasta el presente, están frente a la “gran crisis de la administración familiar” que en algunos casos llega a ser letal y además, en un gran porcentaje, coincide con el cambio generacional del máximo nivel del liderazgo.

El paso de una administración familiar a una administración profesional lleva aparejado principalmente el cambio de conciencia de los líderes y el compromiso para llevarla a cabo dado que la misma en algunas oportunidades es tomada como pérdida de poder o protagonismo.

Los que optaron por emprender esta transformación de manera comprometida, hoy manejan sus empresas con menor incertidumbre, con indicadores de gestión (cuadro de comando) que les hace tener una visión estratégica objetiva para poder proyectar sus negocios con la ayuda de la intuición y el coraje que se potencian y que los caracterizó en la administración familiar.

 

Ing. Ramón Arroyo
consultora@ramonrroyo.com.ar

P. Gcial. José Alberto Arroyo
josearroyo@ramonrroyo.com.ar